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“LO QUE SE VE Y LO QUE NO SE VE EN POLITICA”
A LOS 61 años DEL GOLPE
Por: Anulfo Vargas Vásquez
El 25 de septiembre de 1963 es una fecha cargada de significado en la historia política de la República Dominicana, un día que representa el quiebre de las aspiraciones democráticas del país tras la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina. En esta fecha, el profesor Juan Bosch, primer presidente elegido democráticamente luego de la caída del régimen trujillista, fue derrocado en un golpe de Estado orquestado por sectores conservadores y militares, poniendo fin a un gobierno que duró apenas siete meses. Este artículo busca ofrecer una revisión histórica de los eventos que condujeron a este trágico suceso, así como un análisis crítico de sus implicaciones para la sociedad dominicana.
Trujillo, Bosch y la Transición Democrática
Para comprender el golpe de Estado de 1963, es fundamental situarlo en el cimiento de la dictadura de “Chapita” Trujillo, que durante más de 30 años (1930-1961) gobernó la República Dominicana con mano de hierro. El régimen de Trujillo fue una de las dictaduras más longevas y violentas de América Latina, caracterizada por el control absoluto del poder, la represión de las libertades civiles y los derechos humanos, y una estructura clientelista que beneficiaba a las élites económicas y militares. Con la muerte de Trujillo en 1961, se abrió un breve período de incertidumbre y transición que culminó con la celebración de elecciones libres en 1962.
Juan Bosch, un intelectual y político exiliado que había luchado por décadas contra la dictadura, regresó al país para liderar el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Bosch, aclamado como un héroe popular, ganó las elecciones de 1962 con una plataforma que proponía profundas reformas sociales, económicas y políticas. Su gobierno, inaugurado en febrero de 1963, marcaba una ruptura con el pasado autoritario y una apuesta por el progreso, la justicia social y la redistribución del poder.
Uno de los legados más importantes del gobierno de Bosch fue la promulgación de una nueva Constitución en abril de 1963. Esta Constitución de corte progresista incorporaba una serie de garantías fundamentales, incluyendo la libertad de expresión y de prensa, el derecho de organización de los trabajadores, y limitaba el poder militar, uno de los pilares del viejo régimen. También incluía disposiciones que beneficiaban a los campesinos y a las clases más desposeídas, los “hijos de machepa”, como Bosch llamaba a los sectores más empobrecidos de la población.
Las Causas del Golpe: El Miedo al Cambio y el Panorama Internacional
A pesar de las esperanzas generadas por el nuevo gobierno, la presidencia de Bosch estuvo marcada por la oposición feroz de las élites tradicionales, tanto económicas como militares, que veían sus privilegios amenazados. Las reformas agrarias y laborales promovidas por Bosch fueron vistas con recelo por la oligarquía terrateniente, que temía una pérdida de poder. Además, los militares, acostumbrados a actuar como un brazo represor del régimen trujillista, se resistían a las reformas constitucionales que pretendían limitar su influencia y reducir su autonomía.
Sin embargo, más allá de los factores internos, el imperio jugó un papel vital en el desenlace del golpe. En plena Guerra Fría, el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de John F. Kennedy, mantenía una política exterior anticomunista en América Latina, marcada por la Doctrina de la Contención y el temor a la expansión de regímenes similares al de Cuba tras la revolución de Fidel Castro en 1959. Aunque Bosch no era comunista, su visión progresista y su retórica antiimperialista lo hicieron sospechoso a los ojos de Washington y de las fuerzas armadas dominicanas, que veían en él un posible aliado de las fuerzas izquierdistas, como el 14 junio (IJ4 ), su máximo líder era, Manolo Tavares Justo, que más luego murió en las montañas del país, en reclamo de las vueltas del gobierno de Juan Bosch.
El miedo al comunismo, exacerbado por una paranoia generalizada entre los sectores conservadores, llevó a que muchos percibieran las políticas de Bosch como una amenaza. La posibilidad de que la República Dominicana se convirtiera en un nuevo foco revolucionario en el Caribe fue suficiente para que las fuerzas armadas y los sectores empresariales, con el apoyo tácito de Estados Unidos, dieran un golpe de Estado el 25 de septiembre de 1963.
El Golpe y sus Consecuencias: Un Retroceso Democrático
La madrugada del 25 de septiembre, el gobierno de Bosch fue derrocado por un grupo de militares encabezados por el general Elías Wessin y Wessin. El golpe, aunque rápido y eficaz, fue un duro golpe para la joven democracia dominicana. Bosch, sorprendido por la traición de los sectores militares y la falta de apoyo de Estados Unidos, fue exiliado una vez más, mientras una junta cívico-militar tomaba el control del país.
El golpe marcó el inicio de un período de inestabilidad política en la República Dominicana. La promesa de una nueva era democrática se desvaneció rápidamente, y en su lugar se instauró un régimen provisional que anuló gran parte de las reformas progresistas de Bosch. La oligarquía y los sectores conservadores recuperaron el control del poder, y el país quedó atrapado en un ciclo de golpes de Estado, represión y una creciente desconfianza en las instituciones democráticas.
Este período culminó en 1965 con la Guerra Civil, un conflicto entre los partidarios de Bosch, que buscaban restaurar el orden constitucional, y las fuerzas militares golpistas. La intervención militar de Estados Unidos en abril de ese año, con el pretexto de evitar otra «Cuba», frustró los intentos de retorno a la democracia plena y consolidó el dominio de sectores conservadores sobre el país durante varios años más.
Un Legado Persistente: Reflexiones Críticas
El golpe de Estado de 1963 dejó una herida profunda en la sociedad dominicana y representa una lección histórica sobre las dificultades de la construcción democrática en un contexto de desigualdad estructural y poder militar desmedido. A más de 60 años de estos eventos, el análisis crítico de este golpe y sus consecuencias sigue siendo pertinente.
Primero, el golpe evidenció el poder que las élites tradicionales y las fuerzas armadas mantenían sobre el sistema político dominicano. A pesar de las reformas constitucionales y el mandato popular que Bosch había logrado, los sectores conservadores lograron bloquear el avance de un proyecto democrático progresista, reflejando la fragilidad de las democracias en contextos de desigualdad económica.
Segundo, el rol de Estados Unidos en este episodio subraya cómo la política exterior norteamericana en el Caribe estuvo determinada por el miedo al comunismo, a menudo sin considerar los matices de los procesos democráticos en la región. El respaldo o la inacción frente a golpes militares fue una constante en América Latina durante la Guerra Fría, y el caso dominicano no fue la excepción.
El fatídico golpe de 1963 obliga a una reflexión sobre el estado de la democracia en la República Dominicana hoy. Aunque el país ha avanzado desde entonces, los remanentes de la mentalidad autoritaria y la influencia de ciertos sectores golpistas persisten en algunos ámbitos de la vida política. Recordar el 25 de septiembre no solo debe servir como una advertencia sobre los peligros del autoritarismo, sino también como un llamado a consolidar una democracia más inclusiva y resistente a las presiones internas y externas
El golpe de Estado de 1963 es uno de los momentos más oscuros en la historia política de la República Dominicana. La traición a las aspiraciones democráticas que representaba Juan Bosch continúa siendo una herida abierta en la memoria colectiva del país. Este hecho histórico con un enfoque crítico nos ayuda a entender los desafíos que enfrentan las democracias jóvenes y frágiles, así como la importancia de proteger los derechos y las libertades conquistadas frente a las fuerzas que buscan perpetuar las estructuras de poder autoritarias.
Fuentes y datos: Archivo general de Nación . Libro: Testimonios de un Combatiente Revolucionario: José Daniel Cabral. Libro: Sangre en el Barrio del jefe; Víctor Grimaldi. Fundación: Juan Bosch, Biografía. Enciclopedia Libre Universal en español.