La prioridad debe ser la atención sanitaria en las comunidades afectadas en Puerto Plata.

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Las recientes lluvias torrenciales que han azotado la provincia de Puerto Plata han dejado a su paso no solo destrucción en la infraestructura, sino también una grave amenaza para la salud pública en las comunidades afectadas. Las crecidas de los ríos Bajabónico, Yásica Arriba, Montellano y San Marcos, junto con los deslizamientos de tierra y la pérdida de acceso a servicios básicos, han colocado a cientos de familias en una situación de alta vulnerabilidad. Ante este panorama, la respuesta debe ser inmediata y prioritaria, con un enfoque claro en la atención sanitaria.

El agua estancada, producto de las inundaciones, representa un caldo de cultivo perfecto para enfermedades transmitidas por vectores como el dengue,  Además, las condiciones de insalubridad, la falta de acceso a agua potable y los daños a los sistemas de saneamiento exponen a las comunidades a brotes de infecciones gastrointestinales, enfermedades de la piel e incluso epidemias que podrían agravar aún más la crisis.

La movilización de recursos debe enfocarse en establecer brigadas médicas que lleguen a las zonas más afectadas como Bajabónico, Montellano, Sosúa, San Marcos e Imbert. Estas brigadas deben no solo atender los casos de emergencia, sino también llevar a cabo campañas preventivas, distribuir medicamentos esenciales y garantizar el acceso a agua potable mediante la instalación de plantas purificadoras móviles.

Es imperativo que el gobierno, encabezado por el presidente Luis Abinader, junto con las autoridades locales, prioricen la salud como el eje principal de la respuesta. La reconstrucción de puentes y carreteras es importante, pero no puede dejar en segundo plano la salud y el bienestar de las personas que habitan estas comunidades.

Organismos locales , organizaciones no gubernamentales y empresas privadas también tienen un papel prioritario que desempeñar en este momento. Su cooperación puede marcar la diferencia para garantizar que se disponga de suficientes recursos para evitar una crisis sanitaria que podría prolongarse más allá de las lluvias.

La solidaridad en tiempos de crisis siempre ha sido un pilar de la sociedad dominicana. Sin embargo, la solidaridad por sí sola no basta; se necesita acción inmediata, coordinada y contundente. Las comunidades afectadas no pueden esperar. Es momento de que la salud pública sea la máxima prioridad en la agenda de recuperación de Puerto Plata.

La atención sanitaria no es un lujo, es una necesidad básica y un derecho humano. Ignorar este llamado sería no solo un error, sino también una negligencia que podría tener consecuencias devastadoras para miles de personas en la providencia.

 

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