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WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha presentado una normativa que busca prohibir la importación y comercialización de vehículos que utilicen tecnología de China y Rusia. La medida está dirigida a dos tipos de vehículos: conectados (aquellos que se comunican con infraestructuras externas) y autónomos (vehículos sin conductor). El objetivo es mitigar los riesgos de ciberataques y espionaje, dado que estas tecnologías podrían ser usadas para acceder a datos sensibles o controlar remotamente los vehículos, afectando infraestructuras críticas y la seguridad vial.
La normativa, que se espera entre en vigor en enero de 2025, establece que las restricciones sobre el software comenzarán a aplicarse en 2027 y las relacionadas con el hardware en 2029. Sin embargo, excluye vehículos fuera de las carreteras públicas, como los agrícolas o mineros. El gobierno estadounidense considera esta medida proactiva, argumentando que es mejor actuar ahora antes de que los vehículos chinos y rusos se generalicen, como ha sucedido en Europa.