Irlanda.-El caso fue presentado este martes ante el Tribunal Superior de Irlanda a raíz de una demanda de la familia de la víctima, informó el periódico The Irish Times.
Sean O’Donnell, de 59 años, ingresó al Hospital Universitario Saint-Vincent de Dublín en la mañana del 20 de enero de 2020. Luego de una intervención quirúrgica exitosa, que requirió anestesia local, «se le animó y aconsejó beber cantidades excesivas de agua», detalló Declan Doyle, abogado demandante.
El hombre siguió la recomendación y en la tarde de ese mismo día fue declarado muerto.
La ingesta desmesurada de agua en corto tiempo le provocó al empresario irlandés una baja mortal de sus niveles de sodio en la sangre (hiponatremia), que desencadenó un edema cerebral, convulsiones y finalmente un paro cardiaco.
Según un veredicto forense, se trató de una situación atípica por una mala praxis médica no intencionada.
En consecuencia, la familia de la víctima, que describió lo ocurrido como una tragedia evitable, acusó al hospital de no haber manejado ni supervisado adecuadamente a O’Donnell, así como de no identificar ni tratar su hiperhidratación a tiempo. El Saint-Vincent admitió haber faltado a su deber de cuidado.
Ambas partes llegaron a un acuerdo judicial en el que se determinó el pago de 35,000 euros (38,000 dólares) por angustia mental.
También se recomendó la capacitación obligatoria del personal sobre el manejo de la ingesta de líquidos y los niveles de sodio de los pacientes para prevenir incidentes similares.