Redacción internacional.- Kristina Ozturk, una rusa de 26 años, ha captado la atención mundial por su inusual historia familiar. Residente en Batumi, Georgia, junto a su esposo, el magnate turco Galip Ozturk, Kristina es madre de 22 hijos, de los cuales 21 nacieron mediante gestación subrogada. A pesar de las dificultades que enfrenta tras el arresto de su esposo, la joven asegura que no planea detenerse en su objetivo de formar una familia de más de 100 integrantes.
La pareja comenzó a construir su numerosa familia en 2020, año en el que nacieron 20 de sus hijos. La gestación subrogada, un método de reproducción asistida legal en Georgia, ha sido clave para que Kristina y Galip puedan cumplir su sueño. Según detalló la joven al medio Daily Star, cada embarazo tuvo un costo aproximado de USD 10.000, lo que eleva la inversión total hasta ahora a más de USD 200,000.
Una vida marcada por la maternidad y el lujo
Kristina, nacida en Moscú, fue madre por primera vez a los 17 años de manera natural. Su hija mayor, Victoria, ahora de 9 años, es la única que no nació mediante subrogación. Tras separarse de su expareja, Kristina conoció a Galip Ozturk durante unas vacaciones en Batumi. Según declaraciones de ambos al medio Daily Star, fue “amor a primera vista”. Poco después, la joven se mudó a Georgia junto a su hija para vivir con el empresario, quien ya tenía hijos adultos de relaciones anteriores.
El matrimonio decidió recurrir a la gestación subrogada para ampliar su familia, un proceso que en Georgia está regido por normas estrictas. Las madres gestantes deben ser menores de 35 años, haber tenido al menos un hijo propio y contar con un nivel socioeconómico elevado. Kristina explicó que no tienen contacto directo con las mujeres que gestan a sus hijos, ya que la clínica encargada del proceso selecciona a las candidatas y supervisa todo el procedimiento.
La pareja no solo ha invertido en los embarazos, sino también en el cuidado de su creciente familia. Según reportes, destinan entre 5,000 y 65,000 dólares semanales para el mantenimiento de sus hijos, además de pagar los salarios de 16 niñeras, lo que representa un gasto anual superior a los USD 100,000.
El impacto del arresto de Galip Ozturk
La vida de Kristina dio un giro inesperado en mayo de 2023, cuando su esposo fue arrestado en Georgia durante una operación de las fuerzas especiales. Según informó el Ministerio de Finanzas local, Galip Ozturk, de 57 años, enfrenta cargos por falsificación de documentos y lavado de dinero. Además, el empresario había huido de Turquía en 2018 tras ser condenado a cadena perpetua por ordenar un asesinato en 1996.
A pesar de la ausencia de su esposo, Kristina continúa con su rutina diaria, que incluye cuidar a sus 22 hijos y gestionar las actividades del hogar. En declaraciones al medio británico Daily Star, la mujer admitió que la situación es difícil, pero aseguró que no ha perdido de vista su objetivo de formar una familia aún más grande. “No sé cuántos hijos tendremos, pero definitivamente no planeamos parar. Todo tiene su momento”, afirmó en diálogo con el diario británico.
Un sueño ambicioso: superar los 100 hijos
La meta de Kristina y Galip es tener al menos 100 hijos, una cifra que los convertiría en una de las familias más numerosas del mundo. Según cálculos realizados por medios internacionales, para alcanzar este objetivo antes de que Kristina cumpla 30 años, la pareja necesitaría tener 19 hijos por año durante los próximos cuatro años.
Aunque la cifra puede parecer inalcanzable, Kristina se muestra optimista. “No estamos listos para hablar del número final, pero queremos ser la familia más feliz del mundo”, declaró en diálogo con el diario británico Daily Star. La joven también ha compartido detalles sobre su vida cotidiana en redes sociales, donde publica fotos y videos de sus hijos, así como anécdotas sobre los desafíos y alegrías de la maternidad.
La polémica en torno a la gestación subrogada
El caso de Kristina Ozturk ha reavivado el debate sobre la gestación subrogada, un tema controvertido en muchos países en los que, a diferencia de Georgia, está prohibido o sujeto a restricciones. La pareja ha defendido su decisión, argumentando que es una forma legítima de cumplir su sueño familiar.
Kristina también ha revelado que participa activamente en la elaboración de las dietas de las madres gestantes, aunque evita cualquier contacto personal con ellas para prevenir posibles conflictos después del nacimiento de los bebés.