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Nueva York.- La ciudad de Nueva York está llevando a cabo cambios significativos en su programa de comedores al aire libre, que fue un salvavidas para los restaurantes durante la pandemia de COVID-19. Este programa permitió que más de 13,000 establecimientos instalaran estructuras temporales en las aceras, ofreciendo espacios esenciales mientras el acceso a los interiores estaba restringido. Sin embargo, la transición actual marca el fin de una era para muchos.
Las nuevas regulaciones, que entrarán en vigor en abril, impondrán reglas más estrictas. Las estructuras para comedores al aire libre ahora no podrán tener paredes, deberán ocupar menos espacio y deberán ser fáciles de montar y desmontar. Estos cambios buscan equilibrar las necesidades de los restaurantes con preocupaciones sobre los espacios de estacionamiento, riesgos en las calles y la estética de los vecindarios.
Propietarios de restaurantes como Jeremy Wladis son cautelosamente optimistas sobre el programa renovado, aunque aún no está claro si el nuevo diseño será económicamente viable. El Departamento de Transporte ya ha recibido alrededor de 1,400 solicitudes de permisos bajo el nuevo sistema, reflejando tanto la resiliencia como la capacidad de adaptación de la ciudad mientras avanza hacia este nuevo capítulo de los comedores al aire libre.