Ciudad del Cabo (Sudáfrica). – La crisis de deuda que afrontan las economías más vulnerables del mundo ha escalado a niveles sin precedentes en más de veinte años. Como resultado, los pagos de intereses están constituyendo una parte cada vez mayor de los ingresos gubernamentales en estas naciones, alertó este martes el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
De acuerdo con un reciente informe del PNUD, en 56 países en desarrollo, los pagos de intereses representan más del 10% de los ingresos gubernamentales, lo que supone casi el doble en comparación con hace diez años.
Entre estas economías, 17 destinan más del 20% de su presupuesto a pagos de intereses, «un umbral estrechamente asociado al riesgo de incumplimiento», advierte el informe publicado en vísperas de la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20, que comienza este miércoles en Sudáfrica.
«La comunidad internacional no debería esperar hasta el último momento para ofrecer apoyos financieros concretos. Emprender una nueva iniciativa de alivio de la deuda es sensato tanto desde una perspectiva financiera como política», afirmó Achim Steiner, administrador del PNUD, en un comunicado.
El análisis del PNUD destaca que, sin un acceso más eficiente a mecanismos efectivos de alivio de la deuda, numerosos países en desarrollo están en riesgo de enfrentar crisis de solvencia prolongadas.
«Steiner advirtió que los equilibrios entre la deuda y el desarrollo podrían llevar a una pérdida de progreso durante una década en el ámbito del desarrollo para muchas de las naciones más pobres del mundo.»
La deuda pública externa de los 31 países más pobres con alto riesgo de sobreendeudamiento se estima en 205.000 millones de dólares (equivalente a aproximadamente 195.314 millones de euros). Esta cifra representa menos de un tercio de la asignación de derechos especiales de giro realizada por el Fondo Monetario Internacional en 2021, la cual fue dirigida mayoritariamente a países ricos. Además, esta cantidad es inferior al monto de la asistencia oficial para el desarrollo proporcionada anualmente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En 2023, el servicio de la deuda externa total de las economías en desarrollo alcanzó un récord de 1,4 billones de dólares (unos 1,3 billones de euros).
Los países de menores recursos son los que más sufren, ya que los costes del servicio de la deuda se han triplicado y los pagos por intereses se han cuadruplicado en la última década, alcanzando un total estimado de 36.000 millones de dólares (34.263 millones de euros), según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Steiner opinó que foros como el G20 desempeñan un papel crucial en la creación de soluciones de financiamiento a largo plazo que impulsen oportunidades de crecimiento sostenible.
El PNUD sugiere establecer un marco de reestructuración de deuda que sea «más eficaz y ordenado,» asegurando así que todos los países en desarrollo puedan acceder a él cuando lo necesiten. Además, propone una iniciativa sistemática de alivio de la deuda, así como la disminución de los costes asociados a un endeudamiento excesivamente elevado.
Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20, compuesto por naciones desarrolladas y emergentes, se congregarán este miércoles y jueves en Ciudad del Cabo, en el suroeste de Sudáfrica, bajo la presidencia temporal de dicho país. Este encuentro se enfocará principalmente en la crisis de la deuda que está estrangulando a numerosos países del sur global, entre otros temas de relevancia.
