Santo Domingo.- La población envejeciente en la República Dominicana ha ido en aumento en las últimas décadas, como en muchas otras naciones de América Latina. A medida que las personas viven más años, surgen nuevos retos tanto a nivel social, económico, como sanitario.
La desprotección estatal a la vejez en el país coloca a cerca de un millón de personas con más de 65 años de edad en severas condiciones de vulnerabilidad. Las leyes nacionales y los convenios internacionales que obligan a proteger la ancianidad son violentados por las autoridades, las familias y otros sectores conminados a garantizarle una vida digna y saludable. El 98 por ciento de los ancianos dominicanos viven en condiciones deplorables, mientras instituciones públicas y privadas no facilitan una pensión y los asilos claman por la ayuda estatal.
El artículo 57 de la Constitución establece que los adultos mayores tienen derecho a atención médica oportuna, medicamentos, una pensión justa y a tiempo, un techo propio y recreación. Los ancianos desamparados tienen derecho a estancias gratuitas que les garanticen los cuidados especiales que ameritan.
Ana y Rafael, el rostro del Envejecimiento en Condiciones Deplorables en la República Dominicana
En un estrecho callejón del Los Mina, Santo Domingo Este, residen Rafael Hernández Vásquez de 80 años y Ana Santana Duval de 73, llevan 50 años de casados, a pesar de los duros golpes que le da la vida, siempre está el uno para el otro.
La señora Ana Santana Duval junto a su esposo desde muy jóvenes siempre trabajaban, ella fue enfermera y él, (Rafael) se encargaba de llevar mercancía a los demás puestos. Cuenta, que no tuvo hijos.
Rafael, tiene una pensión de 10 mil pesos y la tarjeta social del gobierno, no obstante, estos ingresos no son insuficientes para cubrir sus necesidades básicas.
«eso no da para los medicamentos que necesitamos »
En la actualidad estos adultos mayores viven en una situación calamitosa, las cámara de «Bajo El Foco» pudo conocer el drama humano que vive esta pareja, su casa solo está rodeada de ajuares deteriorados, no tienen ni un baño para hacer sus necesidades fisiológicas. Lo más preocupante es que en el patio de su casa, hay un criadero de gallinas que es evidente que pone en riesgo la salud de los longevos.
«Siempre estamos pendiente y lo hemos ayudado, poco, pero le hemos dado una ayuda y nosotros realmente vemos las condiciones de ellos son infrahumanas, esos dos envejecientes necesitan ayuda de verdad» sostuvo María Segura, directora de la fundación Ari de Los Mina.
María Segura les brinda apoyo tanto emocional como económico, y con los alimentos que recauda se los suministra Ana y a Rafael. María es directora de la fundación Ari de Protección a los Envejecientes, que ayuda a los envejecientes de distintos barrios de Los Mina «Ayudamos con los medicamentos, un mes se lo conseguimos y un mes le llevamos alimentos, pero hay meses que no podemos ayudarlos» agregó.

Hace 35 años la pareja reside en esta humilde vivienda en Katanga, SDE, ellos anhelan tener un techo digno y poder vivir tranquilos. María manifestó que del Ministerio de Vivienda y Edificaciones (MIVED) realizaron un levantamiento de la casa para conocer la estructura «Hable con el ingeniero que vino del (MIVED) él me dijo que le van hacer de acuerdo a el espacio» indicó María Segura.
Según el artículo 45 de la Ley 87-01 establece que la pensión por vejez se genera a los 60 años. La Ley 87-01 crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social y regula los derechos y deberes recíprocos del Estado y de los ciudadanos en lo concerniente al financiamiento para la protección de la población contra los riesgos de vejez.
En muchos casos los ancianos tienen que vivir en carne viva el despague y la atención de sus propios familiares, en el cuadro que se observa el gobierno también tiene su cuota de responsabilidad, las políticas públicas desarrolladas no tienen el alcance que se refiere para garantizar mejor condición de vida a la población de adultos mayores. Entre los programas orientados a impactar la vida de los más vulnerables está el Programa Protección a la Vejez en Pobreza Extrema y la Tarjeta Solidaridad.
Es muy importante que los ancianos tengan una vida plena y saludable, que envejezcan con dignidad, todos tenemos un envejeciente a quien amar y cuidar, por eso están importante que sus derechos sean respetados y puestos en práctica.
Es penoso cuando vemos ancianos como Rafael y Ana pasar tantas calamidades y no tener quien le extienda la mano. Para colaborar puede hacerlo llamado al teléfono (849) 353-3946